INTOXICACION POR PROCESIONARIA

22 ENERO 2016

 

LA PROCESIONARIA DEL PINO:

Hemos decidido realizar este artículo sobre la famosa pero a la vez desconocida oruga del pino o procesionaria, ya que a pesar de estar en invierno esta semana pasada ya hemos tenido dos pacientes con síntomas de intoxicación por culpa de este pequeño insecto.

La procesionaria es una oruga que habita los pinos, por lo tanto en la cuenca mediterránea es muy frecuente su existencia, de hecho se considera una plaga para los pinares.
Para los que no conocen a este molesto gusano seguro que si mencionamos unos nidos algodonosos colgados de los pinos en alguna ocasionan los han visto!, pues estos son los nidos de la procesionaria.
En su ciclo de vida pasa por diferentes fases pero la que nos interesa es la de larva o oruga, ya que es la que nos va a dar tantos problemas en nuestras mascotas.

Los meses más habituales en los que están activas van desde primavera a principios de verano, pero cada vez más a menudo estamos viendo casos fuera de estas fechas. Esto se debe a que la oruga necesita entorno a los 20ºC para estar activas y comenzar sus desplazamientos y por lo tanto las intoxicaciones en nuestros animales. Además los días de mucho viento fuera de las fechas propicias podemos tener también casos ya que los nidos pueden caer al suelo y ser accesibles a los perros.

Estos nidos pueden albergar entre 60 y 200 orugas, unidas entre sí por un hilo de seda, estas orugas se desplazan por las noches en formación a modo de procesión y van dejando un rastro de seda detrás de ellas para poder así regresar al nido.

Tanto el rastro de seda como la propia oruga tienen un alto poder urticante, que es lo que produce terribles daños a nuestras mascotas.

Los pelos de las orugas contienen una sustancia, la taumatopeina, que provoca una liberación de histamina encargada de provocar la reacción alérgica. Además los pelos de la oruga tienen forma de arpón por lo que se clavan en las superficies corporales, provocando mayor daño.

Por lo tanto debemos de tener cuidado tanto con las orugas como de los nidos, ya que como ya hemos mencionado los días de viento pueden provocar la caída de los nidos o el desplazamiento de los pelos y así ponerlos en contacto con piel y mucosas.

Los pacientes más habituales son los caninos, siendo muy raro los casos de gatos. Los perros se ven atraídos por las hileras de orugas y o bien las huelen o intentan jugar con ellas, en ambos casos la región más afectada es la cabeza y concretamente los labios, la mucosa oral y la lengua, lo que origina abundante babeo y trastornos en la ingestión de los alimentos y agua. Estos síntomas siempre son de aparición repentina, en casos leves veremos hinchazón de los labios, enrojecimiento. Casi siempre el contacto ha sido mayor y afecta  a la lengua y la mucosa oral por lo que veremos mucha salivación, la lengua está inflamada, enrojecida y con zonas de ulceración. Además provoca mucho picor por lo que los animales están intranquilos y se frotan el morro con el suelo, sus patas, etc…

En los casos en que se ve afectada la lengua al cabo de unos días puede llegar a necrosarse, lo que quiere decir que se “muere” parte de la lengua y se desprende.

 

Como propietarios podemos tomar una serie de medidas, evitar los paseos próximos a pinos en los que veamos los denominados nidos, o en el caso de tener pinos en nuestros jardines es importante realizar las fumigaciones a finales de verano y principios de otoño con correctos insecticidas ya que son muy sensibles a ellos. En el caso de ver los nidos podemos con sumo cuidado podar esas ramas y quemarlas.

Y por supuesto en caso de sospechar que nuestra mascota pueda estar intoxicada por procesionaria acudir cuanto antes a un veterinario